Francisco Velarde
Primera visita a Marutegi, en Araya. Algo lejos del pueblo, pero hay indicaciones por el camino. Hay que llegar a la torre de la iglesia de Arayay coger la calle de la derechaGoikoetxe Kalea y ya irla siguiendo en dirección a las piscinasPasar por delante de la puerta de las piscinasy ojo, hay que coger el camino de la derecha otra vez bien indicado, menos mal. Curiosamente, el tramo final es el que se hace extraño sin asfaltar se hace sin problemasy vas llegando al caserío con la duda de si estarás metiéndote en propiedad privadaFinalmente llegamos. Un caserío precioso, con un comedor algo estrecho pero bonito, paredes de piedra, cocina acristalada que ves desde el comedor, etc. Se está muy a gusto. Además la atención un chico en este caso perfecta no solo eficiente, sino también muy amable. Efectivamente, tienen siempre un menú de 24,50 euros 2017 con cuatro entrantes de degustación te van sacando uno tras otro y segundos a elegir. El vino un Lagar de Santiago de Rioja, de maceración carbónica. Pese a eso, bastante equilibrado, agradable. Dado el menú, otros vinos encajarían mejor por ejemplo ese Montelciego, de Rioja también, que ponen en Los Roturos de Maeztu, en su menú de 20 euros. Pero es un vino aceptable. Muy bien el pan, crujiente, como recién hecho. Muy bueno. Primeros unos pimientos del padrón muy bien hechos, muy buenos, mucho sabor. Unos 16 para dos personas. Dos trozos de morcilla de arrozcon pimiento del piquillo encima y un toque de ajo otra vez muchisimo sabor, tierno, sabrosonos hubiésemos comido otros cuatro. Un tomate de su huertocortado en rodajas finas, con aceite y sal con sabor a tomate de verdad, realmente sabroso, crujiente, temperatura perfecta. Lleva unos trocitos de ventresca y está bien aliñado. Buenísimo. Y el cierre, el mejor de los cuatro que es mucho decir un revuelto de boletus excepcional. Tanto el huevo como las setas, todo con gran sabor, hecho con muy buena mano, de nota. Cuatro primeros pues que nos encantaron. Nos sorprendió un poco el que hubiera pocas opciones para segundos platos en un menú de este precio se echa en falta algo tipo codillo, media pierna de cordero, entrecot, etc. Pedimos bacalao y pollo. El bacalaoen la misma línea de los primeros, hecho con muy buena mano buena textura, tierno, sabor a bacalao de verdad. Acompañado de verduras y salsa y con muy buen sabor en conjunto. El pollo de granja, un muslo grande que quizás podría estar más tostado. Recuerda un poco al confit de pato, está tierno, pero quizás le falte algo de sabor y de tostado. Bueno de todas formas. Los postres 3 canutillos que nos parecieron excepcionales rellenos de crema. Exquisitos realmente. Y un goxua con un bizcocho algo seco, pero que estaba bien en conjunto. Mención aparte para los cafés realmente malos, muy malos. Sin aroma, aguados. Un detalle algo extraño, dado el nivel de la comida. En resumen, una comida de nivel a un precio asequible, en un caserío precioso, con una atención amable y eficiente. Lástima de cafés. Recomendado.