La peor experiencia de shopping en años. Fui para acompañar a la hija adolescente de mi pareja, y salimos las dos asqueadas, disgustadas, sudadas y maltratadas. Las empleadas son como robots inhumanos carentes de la más mínima empatía. Lo cual por otra parte me parece normal, dadas las condiciones en que trabajan. La tienda atestada, el espacio reducido, probadores insuficientes... Entramos la niña y yo a probarnos ropa después de casi desfallecer en la cola, cuando entramos, la niña llevaba 7 prendas, pero muchas de ellas eran la misma prenda en dos tallas distintas, ya que no sabíamos como le iba a quedar la ropa. El máximo son 6. Yo solo llevaba 4 prendas 2 modelos repetidos también. Estábamos la una al lado de la otra en los probadores. Cuando le pedí a la dependienta que me dejara el pantalón que la niña no pudo meter porque se excedía aunque yo no me dijo que no me lo podía dar. Que si quería probarse la otra talla, tenía que volver a hacer toda la cola de nuevo... Una cola interminable Cuando le pregunté su nombre se negó a dármelo, y cuando pedí una hija de reclamaciones, se negó también. Al final, después de esperar otra media hora, me dijeron que ya vendría una encargada a hablar conmigo. Al final claudique, porque estábamos a punto de desmayarnos del calor, la niña y yo. Todo parece la clásica máquina maquiavélica diseñada para blindar el sistema y que te den ganas de largarte cuanto antes. Es el precio por comprar unos vaqueros baratos, seguramente manufacturados de la misma maquiavélica manera. Solo fui por la niña, pero juro que no volveré nunca más. Me da mucha pena que las adolescentes tengan que recurrir a esto para ir a la moda.Muy desmoralizante todo. Ojalá hacer este descargo sirva de algo a alguien. Hasta nunca.