Lo primero, las tres veces que he ido una como acompañante y otras dos como paciente he esperado más de una hora. Entiendo una espera larga en la seguridad social, pero no en una clínica en la que estoy pagando 150 euros, y menos a primera hora de la mañana.Lo segundo, me da un tratamiento para el acné, con unas pautas y unos posibles efectos adversos, con los que estoy de acuerdo. Bueno, pues uno de los efectos que aparece en el 20 de los casos, según otros dermatólogos, es la aparición de vello en cara y cuerpo. Ese efecto no me lo comunica, teniendo en cuenta que ocurre a 1 de cada 5, me parece algo bastant negligente. El acné no se me quitó, aunque es algo sin importancia, pues Roma no se construyó en un día, pero se me agravó a límites insospechados durante los dos meses que tomé el tratamiento. Por cierto, un tratamiento de 80 euros cada dos meses.Lo tercero, vuelvo a cita y le cuento lo del aumento del vello como efecto secundario. Me dice que no es cosa del tratamiento, que habrá sido cosa de las hormonas. Ya, claro. Entre otras cosas, me da cita para un mes y medio, con un ojalá se te quite el vello. Se ve que se deposita la confianza en Dios y no en la ciencia. A todo esto me receta una crema para que me crezca más despacio el vello, que no compro porque son 50 euros y no estoy dispuesta a seguir tirando dinero.Por último, no vuelvo a la cita siguiente. Para volver a esperas hora y pico a que me atienda y pasar a su particular cadena de montaje en la que va rotando pacientes dedicando 5 minutos de atención, decidí no volver.Concluyendo me he gastado más de 200 euros para que un tipo me vea 5 minutos y me recete un tratamiento con unos efectos adversos serios y probables a nadie le gusta tener más vello que no me explica de antemano, para volver, oír su rotunda negación sobre esos efectos y esperar un milagro divino para su desaparición. Vello que no ha desaparecido, estoy como si no me hubiese gastado un dineral en laser. Así que fui con acné, y ahora tengo más acné y más vello. Gracias Doctor.