Empecé yendo a este gimnasio porque me quedaba cerca de casa. Al principio, cuando me explicaron las condiciones me pareció genial así que me aventuré a apuntarme por un año, pero una cosa son las expectativas y otra muy distinta, LA REALIDAD. Mi error fue apuntarme por un año, NUNCA LO HAGÁIS, porque llegas al gimnasio y siempre está lleno, las máquinas de la segunda planta siempre están pilladas. Y encima, cuando pides ser la siguiente, viene otro y te dice voy yo detrás porque entre ellos se van pasando el turno. Hay días que es imposible encontrar vacía una cinta o las máquinas de arriba. No podía darme de BAJA PORQUE ME PENALIZABAN, así que no me quedo otra que aguantar hasta cumplir el tiempo de permanencia. Pero la cosa no solo se queda ahí, los baños huelen fatal por eso jamás me atreví a ducharme. la atención es justita, ya que las veces que me atendió un chico afro - dominicano alto se portó de una manera muy desagradable conmigo por no decir que es un mal educado me respondía casi siempre mal, como si le debiera algo, y no solo eso, la pocas veces que le hemos preguntado por alguna cosa mi amiga y yo nos respondía haciendo muecas, en plan me caéis mal. Y cuando queríamos hablar con otra persona de recepción nunca estaban. Yo no pido que me hagan la pelota, porque no me gusta, simplemente pido que me traten con un mínimo de EDUCACIÓN...creo que estoy en mi derecho de exigirlo. Además, gracias a los que pagamos el gimnasio los que trabajan ahí tienen un sueldo y un trabajo, eso deberían valorarlo con un mejor trato hacia el cliente. Yo personalmente NO RECOMIENDO ESTE GIMNASIO, ya que he llegado a la conclusión que prefiero pagar un poco más y tener CALIDAD en todos los sentidos...